Este es un cuento que habla del sentido del olfato, puede ayudarnos para introducir el tema, durante el proceso, la finalidad del mismo o solo por placer. Al leerlo me gustó y quería compartirlo.
olores
Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, en un país
lejano había una bruja a la que le molestaban enormemente
los olores, por lo que, un día barrió con su escoba los olores del mundo ¿y
sabéis lo que pasó? Las flores no olían, ni los árboles, ni las frutas, ni el
mar... nada tenía olor y tanto los hombres como los animales estaban muy
tristes.
Los topos están acostumbrados a vivir en la
oscuridad, viven debajo de la tierra y hacen unas largas galerías. De vez en
cuando salen fuera para tirar la tierra que excavan. Como no tienen oído, su
olfato que por cierto es muy fino, es para ellos muy importante.
Mientras lloraba y secaba sus lágrimas, con sus
manos anchas y fuertes, pasó "el hada del bosque". Al verle le
preguntó:
-¿Por qué lloras pequeño topo? Y le acarició la
cabeza, mientras que el topo entre hipos le contaba.
- La bruja pasó con su escoba y dejo el mundo sin
olores y mi olfato no me sirve para buscar comida. Mi mamá y mi papá están muy
tristes y no saben qué hacer para que no pasemos hambre porque tengo muchos
hermanitos pequeños.
El hada del bosque se quedó pensando. Ella conocía
bien a la bruja, de vez en hacía alguna trastada, pero con ésta se había
pasado. Decidió ir a hablar con ella para ver cómo podrían arreglar el problema.
-No llores más y no te preocupes, pequeño topo;
hablaré con la señora bruja y veremos si se puede arreglar.
Desapareció la bella hada, que tenía unos pelos
rubios muy largos, y llevaba un vestido azul, con estrellas de plata, y fue a
buscar a la bruja, que vivía en una pequeña casa en un rincón del bosque. Llamó
a la puerta: ¡toc, toc, toc!
-¡Entra¡ - Dijo una voz acatarrada y muy ronca.-
La puerta está abierta.
-Soy el hada del bosque -dijo entrando en la
habitación, donde al lado de chimenea estaba sentada la bruja que era muy
viejecita, tenía la cara arrugada, la nariz larga y el pelo muy blanco.
-¿Qué quieres? -le preguntó.
-He venido a hablar contigo -le dijo el hada-
encontré en el bosque a un pequeño topo llorando y me ha contado que pasaste
con tu escoba dejando el mundo sin olores. No puedes imaginarte el problema que
es para ellos, porque no pueden encontrar su comida y están pasando hambre.
Dime ¿cómo podemos llegar a un acuerdo para arreglar este problema?
-¡Ay, hija¡ no lo sé, porque cogí una alergia y
todos los olores me hacían estornudar, me pasaba el día haciendo ¡atchiis¡
¡atchiis¡ y no podía vivir, así que decidí quitar todos los olores, lo siento
mucho, pero no pienso volver a ponerlos porque que a mí me ponen muy enferma.
Pero el hada, que conocía a un viejo médico que
era muy sabio, cogió de la mano a la bruja y le dijo:
-¡Ven conmigo¡ verás como tu problema tiene
arreglo. -Y sin dejarla rechistar, la llevó hasta el hospital.Allí, el médico
que era muy amigo del hada del bosque, curó a la vieja bruja de su
alergia.Cuando la pobre bruja vio que estaba curada, se puso muy contenta y
devolvió los olores al mundo. Aquél fue un día de mucha alegría y se hizo una
gran fiesta. Los habitantes del país hicieron exposiciones de olores y desde entonces
se dieron cuenta de lo importantes que son, aunque no se vean ni se toquen.
Fuente: http://loscincosentidos-gemma.blogspot.com.ar/2009/03/un-cuento-de-olores.html
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